Tu fase lútea
La fase final de tu ciclo
Después de la ovulación, tu cuerpo entra en la fase lútea, un periodo de introspección y preparación. Los niveles de progesterona aumentan para sostener un posible embarazo, lo que puede hacerte sentir más tranquila, reflexiva y con ganas de enfocarte en ti. Es un buen momento para bajar el ritmo, priorizar el autocuidado y escuchar tus necesidades.
Si no hay fecundación, la progesterona y el estrógeno comienzan a disminuir progresivamente, lo que puede generar cambios en el estado de ánimo o síntomas premenstruales. Esta es la fase en la que puedes sentirte más sensible o emocional, por lo que es clave cuidar tu bienestar físico y mental.
¿Qué ocurre en tu cuerpo?
Aumento de progesterona: Esta hormona estabiliza el sistema nervioso y promueve el descanso.
Mayor necesidad de introspección: Puedes sentirte más enfocada en ti misma y con menos ganas de socializar.
Síntomas premenstruales: Si hay desequilibrios hormonales, pueden aparecer hinchazón, fatiga o cambios en el estado de ánimo.
Tu estilo de vida en tu fase lútea
Escucha a tu cuerpo: Reduce la intensidad del ejercicio y opta por actividades más relajantes para mantener el movimiento sin agotar tu cuerpo; como pilates, yoga, caminatas largas, entrenamientos de resistencia con pesas ligeras, natación relajante o estiramientos profundos.
Prioriza el descanso y la calma: La progesterona favorece el sueño profundo, aprovéchalo manteniendo una rutina nocturna relajante.
Cuida tu bienestar emocional: Dedica tiempo a actividades que te den paz, como leer, escribir o estar en contacto con la naturaleza.
Tu ciclo tiene sus propias estaciones
Tu fase lútea es como el otoño; una temporada de transición y preparación para el descanso.
Aquí los niveles de progesterona aumentan y el cuerpo comienza a enfocarse en la introspección y el autocuidado.
Puede ser un buen momento para ralentizar tu ritmo, organizarte y prepararte emocional y físicamente para tu próximo ciclo.




